Cuando uno es niño, la Navidad es magia y regalitos.
Cuando uno es joven, la Navidad es fiesta y excesos.
Cuando uno es adulto, la Navidad es estrés y gastos.
Cuando uno es abuelo, la Navidad es reunión y familia.
Cuando uno está en el paro, la Navidad es una oportunidad.
Cuando uno está trabajando, la Navidad es un descanso.
Cuando uno ha sufrido una pérdida, la Navidad es triste...
Cuando un ser querido vuelve a casa ¡la Navidad es un milagro!
La Navidad es siempre la misma pero hay mil formas de vivirla.
Tal vez estos no sean tiempos de alegría y abundancia para muchos. Sin embargo, sea cual sea tu realidad, deseo que por un día olvides las dificultades y vuelvas a ser ingenuo, a creer en la magia, en el amor y en las segundas oportunidades... En pocas palabras, deseo que por un día seas total y absolutamente feliz.
¡¡Un cálido abrazo para todos!!